A inicios de la década de 1950, todavía recientes los estragos de una guerra fratricida, la familia Pérez, consumida por la miseria, deja el pueblo y se traslada a Madrid con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida. Manuel, su mujer y sus tres hijos van a vivir en unas habitaciones que han realquilado a unos parientes, Engracia y su hija Pili.